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Como un bicho raro: mi entrada al jardín infantil

Por: Mg. Claudia Guzmán | Asesora Pedagógica.

Carátula del libro: Eloísa y los Bichos.



En el cuento Eloísa y los bichos de Jairo Buitrago y Rafael Yockteng, la niña protagonista, manifiesta sus percepciones y emociones de lo que ha significado para ella, no sólo su ingreso a una nueva escuela sino el traslado con su padre a una nueva ciudad. En este cuento, los autores representan de manera muy creativa, unos bichos enormes, que reflejan el sentir de Eloísa a lo largo de la historia pero quien poco a poco logra adaptarse y re-significar estos nuevos espacios como parte importante de su vida.


¿Cuántos de nosotros, y en calidad de adultos, al llegar a un sitio nuevo, no nos hemos sentido como Eloísa? Sintiéndonos como bichos raros y con ganas de salir corriendo. Sin embargo, olvidamos o negamos estos sentimientos en nuestros niños y niñas, especialmente, cuando sus llantos o formas de responder se tornan inmanejables.


En este sentido, entender lo que implican los cambios y los procesos de adaptación en el contexto de educación inicial, exige ubicarnos en la perspectiva de los niños, desde sus formas de expresión particulares y facilitar el acompañamiento de manera articulada y coordinada con sus familias, de tal manera, que estos tránsitos impacten positivamente (o no afecten negativamente) su desarrollo integral.


Recordemos que cada niño o niña asume los procesos de cambio y adaptación de una manera diferente conforme la manera cómo significa la experiencia y ha vivido los distintos cambios a lo largo de su desarrollo: del vientre al hogar, del hogar al Jardín Infantil o en su defecto, el cambio de jardín, grupo o de maestra. Igualmente, los vínculos o apegos seguros y la confianza que transmiten sus familias juegan un papel fundamental a través de un discurso claro y veraz, pero así mismo, de un acompañamiento afectivo y cálido. En este sentido, es importante recomendar a las familias previo al ingreso del niño o niña que dialoguen claramente sobre esta nueva experiencia y lo inviten a conocer la institución y sus nuevos maestros, independientemente de la edad de niños y niñas.


¿Qué podemos hacer como directivos o maestros y cuáles son los retos para facilitar estos procesos en los niños y niñas?

En primer lugar, es importante tener disposición afectiva que permita comprender las experiencias emocionales de niños y niñas, de tal forma, que se sientan seguros y comprendidos. Recordemos que las experiencias emocionales que el niño o la niña viven en las primeras etapas de su vida tienen una importancia fundamental para su desarrollo posterior.


En este sentido, es necesario aprovechar los diversos momentos con niños y niñas para dar seguridad a través del lenguaje verbal, corporal y gestual. Toda experiencia al interior del jardín o del Centro infantil es pedagógica, es decir, un espacio de aprendizaje que moviliza al niño a comprensiones y cambios. El Plan del día (representar gráficamente los momentos pedagógicos del día), se convierte en un medio importante y aporta de manera significativa en este proceso, pues ayuda a ubicar en el tiempo y en el espacio a niños y niñas.


En consonancia con lo que plantea el Ministerio de Educación Nacional, las interacciones son parte importante del currículo basado en la experiencia y dotan de sentido la práctica pedagógica en tanto que permite de manera natural a niños y a niñas construirse como sujetos críticos, autónomos, libres, capaces de valerse por sí mismos con un lugar en el mundo social y cultural que habitan. Las interacciones son relaciones bidireccionales donde el cuidar, acompañar y provocar, son tres acciones de la maestra que confluyen para que niños y niñas vivan, experimenten, jueguen, solucionen problemas, encuentren desafíos y así construyan nuevos saberes (MEN, 2017).

En esta vía, es importante que la maestra se muestre comprensiva, flexible, paciente, comprometida y disfrutando de su rol, de allí que sea de alta importancia poder tramitar, comunicar o agenciar sus emociones con el apoyo de la institución, sobre todo, en aquellos casos donde niños o niñas despiertan su propia historia infantil, generan dependencias psicoafectivas o sentimientos ambivalentes en los momentos de interacción con éstos como es la alimentación, el cambio de pañal (en los niños menores de dos años), el descanso o sueño, las actividades pedagógicas en general. Lo ideal es que la maestra evidencie ser receptiva y democrática, e interesada por todos los niños y niñas, independientemente de su nacionalidad, sexo, edad, etnia o religión.


Por último y no por ello menos importante, crear un buen clima institucional que posibilite vínculos de confianza y seguridad entre todos los miembros de la institución y la comunidad de padres de familia es fundamental. El deseo de las familias es encontrar una institución acogedora y cálida, que promueva la independencia, desarrollo y autonomía de sus hijos e hijas, sobre todo, en estas primeras edades donde el niño o la niña está consolidando sus procesos identitarios, lingüísticos, sociales y afectivos. Indagar, observar y conocer las características de los niños, así como las estructuras y dinámicas particulares de las familias desde un acercamiento a sus costumbres y tradiciones ayudará a niños y a niñas a la adaptación y a salir avantes de este proceso, especialmente cuando niños y niñas perciben un trabajo articulado y armónico entre su jardín o institución.


Con TinyApp, tu asistente pedagógico, puedes planear y documentar este proceso de niños, desde la información personalizada de cada niño y niña y la comunicación permanente y en tiempo real con sus familias.


REFERENCIAS:

  • Buitrago, Jairo - Yockteng, Rafael | Eloísa y los bichos.

  • Ministerio de Educación Nacional (2017). Bases curriculares para la Educación Inicial y Preescolar.

  • Ministerio de Educación Buenos Aires (2016). Diseño Curricular para la Educación Inicial. Niños desde 45 días hasta dos años.

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